Deniska umrela | Cuevana3

Dedé ha muerto. Antes, ella siempre estaba presente: día y noche, afuera o adentro, acurrucada en los brazos de la familia. En su animación, Philippe Kastner muestra la oscuridad del dolor y los ricos colores de los recuerdos y los sueños. Dede no era un perro cualquiera. Ella era su perro.

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